LA LINDE, 8-2017
Arqueología Pública:
Marta Gómara Miramón. Asociación Cultural Amigos de Cascante Vicus. semanaromana@gmail.com
Escudo de Cascante con la leyenda Civitas Cascantum Municipium Romanorum
Resumen: El proyecto de Arqueología de Cascante es un proyecto de investigación arqueológica sobre el mundo romano en el antiguo municipio latino de Cascantum, en el que se ha implicado a la sociedad desde su concepción. Parte de la Asociación Cultural Amigos de Cascante Vicus que ha conseguido la implicación de las administraciones municipales y forales y de entidades privadas, además de la de los vecinos y vecinas de Cascante y de otras localidades navarras. Es un proyecto en el que la investigación científica, la pedagogía y la difusión van unidos, como puede verse en la Semana Romana de Cascante.
Palabras clave: Arqueología, participación ciudadana, investigación, renegociación cultural, gestión.
The Archaeological Project of Cascante is an archaeological research project based on the Roman world in the old Latin town of Cascantum. This project has implicated the local community of Cascante since its inception. It was started by the cultural association “Amigos de Cascante Vicus” and it has achieved the involvement of both local and provincial governments and private organizations alongside the local community of Cascante and people from other locations. It is a project in which scientific research, teaching and dissemination are core as it can be seen at the Roman Week of Cascante.
Archeology, citizen participation, investigation, cultural renegotiation, management.
Introducción
El proyecto arqueológico que aquí presento se desarrolla en Cascante, Navarra, un antiguo municipio latino denominado Cascantum en época del emperador Augusto que ancla sus raíces en la II Edad de Hierro cuando el oppidum se conocía como Kaiskata.
Desde la infancia, todos los vecinos y vecinas de Cascante somos conscientes de nuestro pasado como municipio romano, tal como reza la leyenda de nuestro escudo “Civitas Cascantum Municipium Romanorum”. Todos conocemos ese “glorioso” pasado en el que se acuñaron monedas celtíberas y romanas[1].
Los nacidos después del año 70 del siglo pasado hemos crecido oyendo la historia de la aparición de unos “mosaicos” en el solar de las antiguas Escuelas[2]. Incluso, conocemos los pasajes en los que Plinio[3] y Ptolomeo[4] hacen referencia a nuestra antigua ciudad, así como el del Itinerario de Antonino[5] que nos descubre el paso de la vía de Italia in Hispania por Cascantum. Sabemos que Sertorio[6] quemó los campos de nuestros antepasados celtíberos por su apoyo a Pompeyo y que el emperador Tiberio permitió a nuestra ciudad -porque así la sentimos a pesar del tiempo- acuñar moneda.
Pero hasta hace once años esto era lo que sabíamos. Poco, muy poco.
Esta fue una de las causas que nos llevó a un grupo de personas a unirnos para planificar acciones que pudiesen ampliar el conocimiento de la comunidad local respecto de su patrimonio histórico, artístico y cultural solventando las carencias en las políticas culturales municipales y autonómicas.
Así fue como en el año 2004 nació la Asociación Cultural Amigos de Cascante Vicus, una entidad sin ánimo de lucro que, entre sus objetivos, tiene la recuperación y protección de nuestro patrimonio histórico y cultural, así como el fomento de proyectos de investigación. En definitiva, la Asociación Vicus surge desde la sociedad y para cubrir las parcelas en las que la administración no actúa.
Desde el momento de su constitución, una de las prioridades de Vicus fue la investigación arqueológica de ese pasado romano del que, como sociedad cascantina, somos conscientes casi desde que nacemos. Se produjo un debate intenso dentro de la asociación, con muchas reuniones veraniegas, sobre cómo desarrollar esta investigación y la protección del rico patrimonio arqueológico que existe en el subsuelo cascantino.
Desde el principio, acordamos cuáles debían ser sus pilares, uno de ellos sería sin duda la participación social en la investigación, ya que creemos que se cuida lo que se conoce. El conocimiento más profundo del patrimonio se adquiere siendo parte del proceso de trabajo arqueológico. A partir de aquí, comenzó el proceso de trabajo.
Bases del proyecto
Éramos muy conscientes de todas las dificultades a las que nos enfrentábamos. Este enfoque era totalmente nuevo para nuestra comunidad local y también para las administraciones local y autonómica. Por si fuera poco, no contábamos con recursos económicos.
De esta forma se abrieron dos procesos paralelos:
– Negociación con las distintas administraciones para conseguir, por un lado, los permisos de prospección y excavación y, por otro lado, la financiación para poder arrancar el proyecto. Así conseguimos los primeros permisos del Gobierno de Navarra y el apoyo económico del Ayuntamiento de Cascante y fondos europeos.
– “Renegociación cultural”[7] con la comunidad local. Entendemos este concepto de renegociación como una elevación de los horizontes culturales de una comunidad partiendo de algo que ya existe (en este caso, el conocimiento previo de nuestro pasado romano) pero dotándolo de un nuevo significado (de nuevo en este caso, el significado vendría dado por la investigación arqueológica, la puesta en valor del patrimonio arqueológico resultante de esa investigación y su difusión).
Ambos procesos empezaron en 2005 y siguen siendo hoy algo transversal al proyecto arqueológico, en continua transformación y adaptación, como ocurre en cualquier proyecto cultural vivo. Es necesario revisarlos y adaptarlos al momento en el que estamos. En once años han cambiado mucho, no sólo por las circunstancias políticas y económicas, sino por el calado que el proyecto ha tenido en la sociedad.
El proceso de negociación
Una de las grandes preocupaciones dentro de Vicus era el de la financiación del proyecto, ya que la asociación no contaba con recursos y las cuotas de socios/as no eran suficientes. Buscamos distintas fórmulas fijándonos en otros proyectos de nuestro entorno.
Así, inspirándonos en el Curso de Arqueología de Tudela[8], creamos nuestro proyecto centrándonos en un curso teórico-práctico en el que el alumnado, personas no universitarias, aprendiese los rudimentos de nuestra ciencia y participasen de forma activa en todo el proceso de investigación como una forma de ocio alternativa.
Una vez que tuvimos estructurado este modelo, lo presentamos al Consorcio EDER, órgano encargado de gestionar los fondos de cohesión europeos. Tras ver su viabilidad, lo presentamos al Ayuntamiento de Cascante. Tras una serie de reuniones con el Ayuntamiento se acordó que sería esta institución la encargada de presentarlo y sufragar la parte que no quedaba cubierta con los fondos Leader. Y fue así como arrancamos este proyecto hace 11 años.
En el segundo año entró a formar parte del proyecto la Fundación Fuentes Dutor, que sigue apoyando el proyecto 10 años después. En contrapartida, perdimos el apoyo económico del Ayuntamiento, que no recuperamos hasta 2013. No sería justo decir esto sin aclarar que siempre hemos contado con su apoyo institucional y en la utilización de todos sus recursos técnicos, de personal e infraestructuras, sin los cuales hubiese sido muy difícil el desarrollo del proyecto.
En este apartado de financiación, siempre el más complicado, debemos reconocer el esfuerzo del equipo científico, del alumnado y de la Asociación Vicus, que ha permitido la continuidad del proyecto en los momentos más duros. Sobre este punto, el de la implicación social, volveré más adelante.
El año 2013 supuso un espaldarazo importante para el proyecto, ya que se firmó un convenio económico entre la Asociación Vicus y el Ayuntamiento de Cascante que continúa hasta el momento.
La administración foral nos ha concedido los permisos de excavación y prospección durante estos 11 años. En 2014 se nos pidió la redacción de un Plan Director en el que se marcasen las líneas estratégicas de investigación para los próximos años. Un año después, con la financiación del Ayuntamiento de Cascante, se redactó dicho plan que fue aprobado por unanimidad, algo muy excepcional en Cascante, por el Pleno Municipal.
Presentación del Plan Director a los medios de comunicación en el Salón de Plenos del Ayuntamiento de Cascante
Una vez realizado este trámite, muy necesario para la continuidad del proyecto, se presentó su candidatura a su distinción como MECNA[9] para acogerse a la nueva Ley de Mecenazgo Navarra[10]. En marzo de este año recibimos esta distinción, lo que nos abre una nueva puerta de financiación.
La renegociación cultural y la implicación social
En Vicus teníamos muy claro que la participación social debía ser una prioridad en el proyecto. Una frase que forma parte de nuestro ideario es “se ama lo que se conoce” y la mejor forma de conocer es participar directamente en la investigación. Es así como creamos el Curso Teórico-Práctico de Arqueología de Cascante en el año 2005. Hoy va por su undécima edición.
Curso Teórico-Práctico de Arqueología y el proceso de participación ciudadana
El curso se desarrolla entre octubre y junio, como un curso escolar. Durante los meses de octubre a diciembre se compaginan las clases teóricas de arqueología con las prácticas de campo:
– Se realizan prospecciones superficiales en distintos puntos del término municipal de Cascante para poder realizar una carta arqueológica completa del territorio de Cascantum.
– La mayor parte del trabajo de campo se realiza en la excavación de la villa romana de Piecordero I en el término municipal de Cascante. Esta es la actividad que, por regla general, más gusta a los participantes.
La segunda parte del curso se realiza entre enero y mayo. Durante estos meses se llevan a cabo los trabajos de laboratorio que se compaginan con la participación en charlas y las visitas a museos, yacimientos y exposiciones temáticas. Todas estas actividades pretenden ampliar los conocimientos del alumnado que luego va a revertir de forma directa en el trabajo de investigación.
Durante la excavación de la ceia vinaria de la villa de Piecordero I
Trabajos de limpieza de material de la campaña 2015
Como final de curso, en junio, se realiza la Semana Romana de Cascante. En ella, los alumnos/as no son meros espectadores sino que forman parte de la organización. Esta semana, que se concibió como una celebración de fin de curso que sirviese para la divulgación de los resultados obtenidos en él, celebra este año su undécima edición. Tiene en su programa cuatro actividades fundamentales:
– Una exposición arqueológica en la que se muestran los resultados de nuestras investigaciones. También pueden mostrarse en ella fondos de los almacenes del Museo de Navarra extraídos de yacimientos de Cascante y que no están expuestos. (Esto supone una oportunidad de conocimiento que de otra forma sería imposible).
Vitrina y panel de la Exposición de la XI Semana Romana de Cascante
– Un ciclo de conferencias temáticas que se organiza junto a la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) por medio de su Centro Asociado de Tudela. Las temáticas son distintas cada año y se adaptan a cuestiones muy actuales[11]. Las conferencias son impartidas por especialistas en la materia de distintas universidades, ya que el rigor académico y científico al que aspiramos es máximo.
No obstante, al mismo tiempo se desea que sean conferencias que puedan entender no especialistas. A estas conferencias se ofrece la posibilidad de una asistencia libre o bien con matrícula para quienes estén interesados en recibir un diploma o créditos universitarios. La media de asistencia por conferencia está entorno a las 70 personas y la de matriculados en torno a las 42.
Inauguración de la XI Semana Romana de Cascante con la presencia de la Presidenta del Parlamento e Navarra, el Director del Centro Asociado de la UNED de Tudela y el Alcalde de Cascante
– Talleres didácticos con los alumnos y alumnas del Colegio Público Santa Vicenta María. Durante la semana, los escolares visitan la exposición y la investigan por medio del juego. Por unas horas, se convierten en arqueólogos que descubren su pasado. También se realiza una sesión de cuentacuentos en la Escuela Infantil Coloretes para niños de 0 a 3 años. Aproximadamente unos 200 niños y niñas participan en estos talleres.
Talleres de la XI Semana Romana de Cascante, “De la tierra al Museo”, presentación de las exposiciones realizadas por los participantes
Cuenta-cuentos en la escuela infantil Coloretes durante la XI Semana Romana de Cascante
– Montaje teatral. Se realiza un montaje exclusivo para cada edición, escrito y dirigido por la compañía de teatro comunitario local Spiral Teatro. Al igual que el proyecto, se empezó con una actriz y en la última edición dicha compañía de actores/actrices ha sido de 24 vecinos y vecinas de Cascante de los 7 a los 70 años.
Montaje de la XI Semana Romana de Cascante “La casa al pie del cerro”
Junto a Spiral Teatro, representan cada año una obra de teatro distinta sobre el tema de la Semana Romana de esa edición. Estos montajes son supervisados y tienen un asesoramiento científico riguroso, pero siempre son comedias. En ellos se ha hablado del trabajo en las villas rurales, de la situación de la mujer, del viaje del emperador Augusto del norte hacia Tarraco o de la Lex Riuis Hiberiensis, entre otros. Este trabajo forma parte de la divulgación científica que es uno de los objetivos de nuestro proyecto. Cada año, más de 600 personas acuden como público a este montaje teatral.
En torno a estas actividades están surgiendo otras organizadas por distintos colectivos locales que aportan a la Semana Romana un punto más lúdico y festivo. En estos momentos, la Semana Romana marca un hito en el calendario cultural de Cascante, así como de la Ribera de Navarra.
El Curso de Arqueología y la Semana Romana de Cascante suponen el mayor proceso de participación ciudadana del proyecto. Desde el primer año, más de 60 personas han participado de forma directa en la investigación como alumnado; más de 400 personas han participado en las distintas visitas a museos, exposiciones y yacimientos; y en torno a 1.500 personas participan cada año en la Semana Romana, tanto en el programa de Vicus como en el que el Ayuntamiento de Cascante organiza de forma paralela y coordinada con otras asociaciones.
El proyecto ha ido poco a poco calando en la sociedad cascantina. Con pequeños pasos pero firmes, ha ido sumando nuevas personas y colectivos. Este ritmo lento es una de las críticas que se nos hace a los gestores del proyecto, pero en el equipo de gestión estamos convencidos de que esta, precisamente, es la clave del éxito. La rapidez y el oportunismo pueden llevar a un repentino éxito, pero un éxito efímero, como ha ocurrido con otros proyectos similares al nuestro.
Otra de las críticas que se nos hace es que la excavación va muy lenta y que los resultados conseguidos no son tan espectaculares como en otros yacimientos. Tienen razón, la investigación arqueológica sería mucho más rápida con profesionales que trabajasen ocho horas, pero se equivocan en el resultado. De esta forma, perderíamos toda la implicación social. El proyecto, probablemente, sería ajeno a la sociedad. Estoy convencida de que no hubiéramos contado con los presupuestos necesarios para realizarlo con profesionales, como está ocurriendo con muchos proyectos de investigación, y probablemente ya hubiese muerto.
El Plan Director y la participación ciudadana
Otra de las líneas de participación se abrió durante el proceso de redacción del Plan Director. Por un lado, se contó con un equipo técnico multidisciplinar que desde las distintas disciplinas realizó numerosas aportaciones. Una parte de este equipo es cascantino: Lidia Cuartero (arquitecta), Enrique Rojas (geólogo), Javier Galipienzo (topógrafo), Carolina Ruiz (periodista y directora teatral) y la redactora de este artículo, Marta Gómara (arqueóloga). Por otro lado, se realizaron distintas reuniones con distintas entidades:
– Con la propia Asociación Vicus.
– Con otras asociaciones (se canalizaron a través de la Comisión Ciudadana de Cultura del Ayuntamiento de Cascante donde las principales asociaciones cascantinas están representadas).
– Con las empresas turísticas.
Estas reuniones abrieron varias líneas de trabajo que deberán continuar en un futuro próximo. Son muchas las cuestiones que se pusieron de manifiesto y que pueden revertir de forma muy positiva al proyecto.
Numerosas son también las acciones realizadas con distintos sectores sociales (y en algunos de ellos el calado del proyecto es importante), pero somos muy conscientes de que en otros es prácticamente inexistente o muy pequeño. Estos sectores menos implicados son la juventud –entre los 16 y los 30 años- y los más mayores –a partir de los 70 años-. En estos momentos estamos buscando fórmulas que nos permitan acercarnos a esos grupos y así contagiarlas también con el proyecto.
Lo mismo ocurre con la implicación del colegio de la localidad. A pesar de llevar realizando actividades junto a ellos desde el primer año, la respuesta dista de ser la que deseamos.
El modelo de gestión
El modelo de gestión de participación local en el proyecto es el que denominamos “Los círculos concéntricos”[13].
1. En el círculo central se encuentra la investigación arqueológica y todas las personas implicadas en ella. En este círculo se incluiría todo el equipo profesional: arqueólogas/os, geólogo, topógrafos, técnicos de fotogrametría, arquitecta y restauradores. Además de este equipo técnico multidisciplinar, estarían los/las participantes en el Curso teórico-práctico de Arqueología. En estos momentos, tenemos un grupo consolidado de 20 personas de las cuales cinco participan desde el primer año. Además de este grupo, han participado en el curso otras 50 personas con perfiles profesionales muy variados: profesores, maestras, carpinteros, técnicos de mantenimiento, jubilados, personal doméstico, gerentes, enfermeras, socióloga, operarios de fábrica y algunas licenciadas en Historia que no han ejercido.
Son muchas las experiencias y las impresiones que hemos ido recogiendo en todos estos años. Podrían resumirse en esta nota que una alumna nos dejó en un panel: “El mejor modo de aprender es formar parte de la investigación”.
2. En el segundo círculo estarían todas aquellas instituciones y agentes culturales y económicos que hacen posible este proyecto. La principal entidad es la Asociación Cultural Amigos de Cascante Vicus de la que surge el proyecto y que es su principal garante. Vicus es la encargada de dirigir y guiar los procesos de negociación y renegociación cultural con la comunidad y con el resto de las instituciones.
Dentro de esas instituciones estaría el Ayuntamiento de Cascante que ha apoyado el proyecto desde su inicio. Otra de las imprescindibles para el desarrollo del trabajo de investigación es el Gobierno de Navarra que concede los permisos además de financiar la Semana Romana. La Fundación Fuentes Dutor ha sido la principal fuente de financiación, ya que todos los años otorga a Vicus una subvención.
Otros agentes imprescindibles que forman parte de este segundo círculo son los propietarios de algunas fincas. Ellos nos han permitido realizar sondeos o directamente nos las han vendido. Rumbo Topografía lleva seis años colaborando en el proyecto con su personal y sus equipos técnicos. Cerraría esta lista Spiral Teatro que no sólo realiza el montaje teatral de la Semana Romana sino que diseña y lleva a cabo los talleres didácticos para la juventud, así como la campaña de comunicación de todo el proyecto.
3. En el tercer círculo estaría la comunidad que nos ayuda a llevar a cabo el proyecto:
a. Las familias y amigos de los participantes. Son muy importantes, ya que de una manera u otra participan en el trabajo, bien en los trabajos de campo o de laboratorio o de forma esporádica participando en los viajes y excursiones. Destaca la participación de los hijos e hijas del alumnado que acuden a la excavación y a los trabajos de laboratorio y se convierten en verdaderos embajadores.
b. Los facilitadores del trabajo como restaurantes y hoteles, diseñadores gráficos e imprentas, actores y actrices que son vecinos y vecinas y comercios locales.
4. En el cuarto y último círculo estaría el público general que tiene varios ámbitos de participación, siendo el más importante la Semana Romana. El público también tiene su espacio de participación en las jornadas de puertas abiertas que organizamos en el yacimiento y además son los seguidores en las redes sociales y en el blog o los lectores de las publicaciones científicas y divulgativas. En definitiva, aquellas personas que son las últimas destinatarias del trabajo de difusión científica.
Modelo de “Los círculos concéntricos”
Conclusiones
La participación social en la investigación tiene muchos beneficios, no sólo para el proyecto. La socialización de la investigación arqueológica no sirve únicamente para que haya un mejor conocimiento de nuestra ciencia.
La implicación social en proyectos como este, cada cual en el círculo que decida estar, garantiza la compresión de nuestro patrimonio y, con ella, su protección, ya que amamos y cuidamos lo que entendemos, lo que nos pertenece, lo que forma parte de nuestra propia identidad.
Quienes excavan y recuperan los restos del pasado forman parte de la comunidad. Son familiares, amigos, vecinas. Son quienes lo cuentan en el bar, en la panadería, en las calles. Esas personas no son sospechosas de inventárselo. No son personas que viven entre tierra y libros que tienen “amigos alemanes que se llaman Dragendorff 37”.
Alumno aprendiendo las herramientas de topografía con Javier Galipienzo, topógrafo de Rumbo Topografía
Esta socialización del conocimiento genera un pensamiento crítico a muchos niveles. Uno en concreto es palpable en lo que se refiere al turismo y a las visitas a yacimientos, exposiciones y museos. Para los participantes en nuestro proyecto, ya no vale todo en los museos, ni en los paneles explicativos, ni en las explicaciones de los guías, ni a la hora de elegir qué visitar y cómo. La visita ya no es sólo por puro placer. Se genera la necesidad de visitar para continuar con ese aprendizaje y con la propia investigación.
Visita a Tarragona, primavera de 2012
A otro nivel muy distinto pero muy importante, y que sobre todo afecta al segundo círculo del modelo de gestión, esta socialización de la Arqueología hace que a políticos y a la administración en general les sea más difícil desentenderse de los proyectos. Y no sólo eso, sino que, a veces, les lleva a hacer suyo el proyecto. Puedo decir, con orgullo, que el único proyecto que ha sido aprobado por unanimidad por el pleno municipal de Cascante en los últimos años ha sido el Plan Director de Arqueología. Con ello, ha dejado de ser sólo de Vicus para ser también del Ayuntamiento de Cascante, es decir, de Cascante.
La participación social en la investigación es un proceso de educación social y de renegociación cultural que eleva las expectativas culturales y también las sociales creando mentes críticas comprometidas con la preservación de nuestro patrimonio.
En estos momentos, nuestro proyecto en Piecordero I se encuentra en un buen punto, no sólo por los hallazgos arqueológicos sino también por las perspectivas de continuidad que existen sobre él.
Como su directora, estoy convencida de que esto es así por el modelo de gestión que hemos elegido y que estamos desarrollando. Y, sin duda, el entusiasmo de los participantes es su combustible, el que nos hace seguir a todos a pesar de los muchos problemas y obstáculos que nos encontramos en el camino.
Figura del recorte del Diario de Navarra, del alumnado del curso explicando los hallazgos a los visitantes
Nuestro proyecto es un modelo más de gestión, no existen fórmulas mágicas. Pero creo firmemente en la participación ciudadana y en la difusión científica unidas. Los descubrimientos arqueológicos deben ser compartidos con la sociedad y, si conseguimos incluirla en ellos, mucho mejor. Estoy convencida que hoy no estaría en esta revista contando nuestra experiencia si no fuese por el modelo que elegimos y que continuamos desarrollando y adaptando a cada momento y circunstancia.
Si hubiésemos decidido realizar una excavación al uso, hoy seguiríamos recordando esa primera y única excavación, con lo que los objetivos de nuestra asociación Vicus no estarían siendo cumplidos.
Felicitación de Navidad y Año Nuevo de 2016 del grupo de arqueología
Notas:
[1] DOMÍNGUEZ, A. (1979). Las cecas ibéricas del Valle del Ebro, Zaragoza.
[2] MEZQUÍRIZ, Mª A. (1971) “Descubrimiento de pavimentos de ‘opus signinum’ en Cascante (Navarra)”, Homenaje a Don José Esteban Uranga, Pamplona 1971, pp. 277-307.
[3] Plin. Nat. Hist. 3. 3. 24.
[4] Ptol. 2. 6. 67.
[5] It. Ant. 392. 2.
[6] LIV. Per. 91
[7] Término acuñado por Chris Baldwin, director teatral y escritor. Actualmente es comisario de “Interdisciplinary Performance” en Wroclaw, capital europea de la Cultura 2016. El término ha sido desarrollado de forma práctica por la compañía de teatro comunitario Spiral Teatro.
[8] Estos cursos eran impartidos por el arqueólogo tudelano D. Juan José Bienes Calvo
[9] http://www.mecna.es/
[10] LEY FORAL 8/2014, de 16 de mayo, reguladora del mecenazgo cultural y de sus incentivos fiscales en la Comunidad Foral de Navarra. http://www.navarra.es/home_es/Actualidad/BON/Boletines/2014/101/Anuncio-0/
[11] El tema de este año, 2016, ha sido “Genus, patria, domus. Identidades, nacionalidades y etnias en la Tarraconense hispana”.
[12] Asociación para el desarrollo local “Cascantum”, Asociación de Cuadrillas y Peñas de Cascante “La Roya”, Cofradía de Alabarderos de la Victoria, Escuela Municipal de Hip-hop, Escuela de Gimnasia Rítmica, Restaurante Ibarra, Restaurante El Lechuguero, Centro Termolúdico
[13] GÓMARA, M. “Aproximación teórica a un proyecto de teatro comunitario en la Rioja rural (Valle del Alhama), Revista Ñaque, nº 61, 2009, pp. 38-47.
GÓMARA, M. “Teatro comunitario en una zona rural del Valle del Alhama en La Rioja Baja: Contrebia, luz, movimiento” en Actas del I Congreso Provincial de Artes Escénicas de Málaga, Málaga, 2009